AEFI trabaja con el objetivo de alcanzar un ecosistema favorable para que las startup y las empresas FinTech e InsurTech puedan crecer y desarrollarse. Así, la Asociación colabora con distintos agentes y organismos para conseguir un entorno cada vez más fuerte para estas compañías. Dirigentes Digital ha podido hablar con Arturo González McDowell, quien ha…
AEFI trabaja con el objetivo de alcanzar un ecosistema favorable para que las startup y las empresas FinTech e InsurTech puedan crecer y desarrollarse. Así, la Asociación colabora con distintos agentes y organismos para conseguir un entorno cada vez más fuerte para estas compañías. Dirigentes Digital ha podido hablar con Arturo González McDowell, quien ha podido hablar de su recorrido en la AEFI, analizando a su vez el momento que atraviesa el sector.
Llevo en la Asociación desde los inicios, soy uno de los miembros fundadores y llevaba ya cuatro años como vicepresidente. He estado focalizado en el vertical de infraestructura y medios de pago que es mi área de expertise y a la que se dedicaba la empresa en la que estaba hasta el mes de julio y de la que fui fundador en 2003. La coincidencia de ser presidente y dejar la empresa no es casual. Es una transición hacia otro tipo de vida y me gustaría devolver algo de la suerte que creo que he tenido. Tengo que dirigirme hacia un rol más generalista e institucional. Estoy todavía en periodo de adaptación pero bastante satisfecho de cómo está marchando todo; creo que eso en gran parte es por el conocimiento y las capacidades que hay dentro de la organización. No es mérito mío, más bien de la organización en sentido amplio. Tenemos mucha ayuda y soporte pero quedan muchas cosas por hacer.
No en todas sus facetas. En algunas de ellas es muy difícil sacar conclusiones generalistas aplicables a cualquier tipo de empresa, es más bien un acto individual con empresas concretas pero sí hay muchas cosas que benefician al sector en su conjunto. Esto coincide plenamente con el objetivo de AEFI de crear un ecosistema financiero que sea lo más dinámico e innovador posible. Y eso en definitiva favorece a los asociados, buena parte de esto es crear un entorno regulatorio que favorezca el emprendimiento en general y en el sector fintech en particular. Personalmente me he encontrado trabas regulatorias que me tocó navegar y a mí me gustaría que las empresas que vienen detrás se encontraran el menor número posible.
Algunas son inevitables porque la regulación te da un marco estable en el que desarrollar tu actividad pero a un coste: el cumplimiento de determinadas cuestiones, algunas en forma de trabas burocráticas. Si la regulación es proporcional y el soporte para cumplir la regulación es ágil y eficaz, todo se facilita mucho. Es uno de los grandes objetivos de este mandato.
Diría que hay dos: la regulación fintech en general y luego que España no es el país donde es más fácil emprender. Hay falta de cultura financiera general en muchos sectores de la sociedad y esto transciende al sector fintech. A los empresarios en general y a los emprendedores se le ve como personas con sombrero de copa y puro, aplastando a los trabajadores y esto debe cambiar. Al final el emprendedor arriesga su dinero con un fin no altruista, con el objetivo de multiplicar ese dinero invertido pero con un riesgo muy importante. Por el camino genera unos beneficios sociales tremendos porque crea empleo, riqueza… El porcentaje de emprendedores que tienen éxito es bajo, y eso no debemos olvidarlo.
El emprendedor que tiene éxito, ha tenido suerte, pero eso no basta. La suerte te vale para jugar a la lotería pero para tener éxito en el emprendimiento es necesario cierto talento y mucho esfuerzo. Hay muchas trabas que hay que ir eliminando poco a poco. Hay que fomentar regulatoriamente, fiscalmente, y administrativamente que las empresas puedan emprender en España. Vivimos en un mundo global. Si en España no se dan condiciones favorables, el dinero se va a otros sitios.