Imagen: Information Age En los últimos días se han podido leer declaraciones de diferentes directivos de entidades financieras relacionadas con las FinTech, que muestran puntos de vista manifiestamente diferenciados y que son claros indicadores de las distintas estrategias por las que apuesta cada entidad. Por un lado Jaime Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell se refería…
Imagen: Information Age
En los últimos días se han podido leer declaraciones de diferentes directivos de entidades financieras relacionadas con las FinTech, que muestran puntos de vista manifiestamente diferenciados y que son claros indicadores de las distintas estrategias por las que apuesta cada entidad. Por un lado Jaime Guardiola, consejero delegado de Banco Sabadell se refería a las Fintech como empresas que ponen «nervio» a la industria y con un estilo más colaborativo que competitivo. Este discurso, bastante acertado desde el punto de vista del que más abajo suscribe este artículo, no es nuevo puesto que tanto BBVA como posteriormente Santander se han ido pronunciado en este mismo sentido desde hace tiempo.
Si bien es cierto que una cosa es decirlo y otra es afrontar los cambios necesarios para llevarlo a cabo, parece que en España tenemos entidades que tienen bastante claro el valor de estas compañías como colaboradoras en la consecución de sus objetivos.
En Reino Unido así lo entendieron tanto sus bancos como su gobierno y, desde el 2014 hasta el Brexit, crearon un ecosistema FinTech que ha dado empleo a más de 70.000 personas de dentro y fuera del sector, con unos ingresos de más de 6.600 millones de libras. Lo más importante, absorbieron en 2015 el 60% de toda la inversión en innovación financiera de Europa, un auténtico seguro de vida para la supervivencia de su sector financiero en el medio y largo plazo.
Por otro lado, los banqueros detractores de las FinTech las consideran simplemente “nuevos participantes, que no están regulados con los que no competimos en igualdad de condiciones. Son paracaidistas que llegan, atacan y se llevan una porción del negocio». ¿Cobra sentido explicar por qué esta percepción negativa de algunos actores de la banca tradicional? Desde la Asociación Española de FinTech e InsurTech (AEFI) consideramos que:
Así las cosas, parece que la visión de las FinTech exclusivamente como competidores puede resultar ciertamente miope, si eso impide a los bancos aprovecharse de las múltiples ventajas que estas empresas pueden ofrecer.
Por este motivo, cuando oigamos comentarios de este tipo: “las FinTech no están reguladas y eso les da una ventaja competitiva respecto a los bancos” deberíamos hacer un ejercicio de reflexión de si realmente es verdad que realmente no están reguladas. No perdamos de vista que hoy vivimos en una nueva era digital, donde el emprendimiento cada día tiene mayor importancia y en la que la colaboración marcará el éxito en cualquier sector, siempre bajo un entorno competitivo y regulatorio justo.