En un mundo en constante transformación, el sector FinTech se erige como un claro reflejo de la innovación y el dinamismo que deben caracterizar a cualquier sociedad. La meritocracia y la igualdad de oportunidades deben ser los catalizadores que impulsen a las empresas y a los propios profesionales para que den lo mejor de sí mismos, independientemente de su condición, raza o sexo.

Y creo realmente que el sector de la innovación financiera puede liderar ese movimiento para reivindicar, no ya el papel relevante de la mujer, sino que el esfuerzo realizado por muchas profesionales en las últimas décadas nos ha permitido pasar ya a otra fase, en la que sigue habiendo retos fundamentales, principalmente ligados a la conciliación laboral y familiar, pero donde ya existe una igualdad real.

Desde la AEFI presentamos cada año el informe FinTech Women Network, donde tratamos de analizar la evolución sobre los perfiles femeninos del ecosistema FinTech e InsurTech. Y nos hemos encontrado con que existe una paridad casi absoluta en el sector, con muchas mujeres con un perfil joven, muy cualificadas y que han logrado abrirse paso gracias a su esfuerzo y a su talento, alcanzando puestos de responsabilidad, principalmente en las áreas de legal, financiero y marketing. Aunque existen otras áreas donde todavía existe un gap considerable, también aquí se está derribando un muro que hace que cada vez sea menos noticia encontrar a profesionales liderando proyectos ligados a la tecnología y el desarrollo.

El análisis de los datos del FinTech Woman Network y nuestra percepción en el día a día confirma que, pese a los avances y a que hemos entrado en otra fase donde existen algunos debates viejos ya superados, también es preciso seguir trabajando para eliminar barreras que frenan el potencial de muchas profesionales. Lejos de verse como una debilidad, esta realidad se convierte en un incentivo para reforzar las estrategias de inclusión y promoción de la diversidad. Empresas y organismos tienen ante sí la oportunidad de transformar el sector implementando medidas como programas de mentoría, iniciativas de formación en competencias digitales y de liderazgo, y políticas de conciliación que fortalezcan esa necesaria cultura basada en la meritocracia.

Terminar de recorrer el camino hacia la igualdad real en el sector financiero es un reto apasionante donde también podemos ir de la mano de la transformación digital y la irrupción de nuevas tecnologías, puesto que nos ofrecen la oportunidad de repensar las estructuras tradicionales y de construir un sistema en el que el talento, la visión y la capacidad sean los pilares sobre los que se edifica el éxito profesional. La experiencia de las mujeres en el sector FinTech nos enseña que, cuando se eliminan las barreras, el potencial se desborda y se generan oportunidades que benefician a toda la sociedad.

Además, tenemos ejemplos más que de sobra en los que fijarnos. Figuras de compañeras como Alisa Cevere, Country Manager de 4fiancne, María Sánchez, Country Manager de Dineo, o Silvia Escámez, co-fundadora y CEO de Finteca, son muestra del poder transformador de la meritocracia. Se trata de profesionales que han roto esquemas, apostando por innovar en un sector de origen tradicional y que han abierto caminos para que nuevas generaciones se sientan motivadas a perseguir sus retos profesionales. Su ejemplo inspira a construir un entorno en el que el talento se reconozca y recompense sin distinción, aportando una visión renovada que favorece el progreso y la innovación. Seguramente, ellas nunca se han parado a pensar si lo tenían mucho más difícil para alcanzar sus objetivos profesionales, por el hecho de ser mujeres, sino que han dedicado sus esfuerzos a trabajar duro y con compromiso para lograrlo.

En este 8M, es fundamental celebrar cada avance y reconocer que la fuerza transformadora de las mujeres en el ámbito FinTech es un motor indispensable para seguir avanzando en el camino hacia una igualdad plena.

Angela Aso, vocal de la AEFI y Head of Legal & Compliance Officer de 4finance