2019 fue un año intenso para el mundo de los pagos, con mucho dinamismo y cambios que han obligado a los distintos actores del sector a evolucionar y adaptarse rápidamente, tanto a nivel de sus productos como de sus procesos. Desde medidas regulatorias como la PSD2, los pagos inmediatos, la SCA, hasta el auge de…
2019 fue un año intenso para el mundo de los pagos, con mucho dinamismo y cambios que han obligado a los distintos actores del sector a evolucionar y adaptarse rápidamente, tanto a nivel de sus productos como de sus procesos. Desde medidas regulatorias como la PSD2, los pagos inmediatos, la SCA, hasta el auge de modelos de negocio que buscaban responder a los nuevos hábitos de consumo propiciados por empresas como Netflix o Spotify, donde la suscripción toma todo el protagonismo.
Como era de esperar, los pagos han seguido el mismo ritmo evolutivo, en una búsqueda por nuevas formas de monetizar y de optimizar la experiencia de usuario en todos los sectores, desde industrias más tradicionales como la de los seguros o las energías (compañías de luz, gas o agua) hasta el transporte o el entretenimiento.
En este escenario, AEFI analiza cuáles son las principales tendencias en el mercado de pagos para 2020.
El proceso de pago ha pasado de ser una “commodity” más, a convertirse en una pieza clave e incluso una ventaja competitiva y diferenciadora en la experiencia de usuario. Hasta hace unos años, los pagos offline y online eran gestionados de forma independiente. Basta acodarse de que en muchos casos una compra online no podía devolverse en tienda porque se trataba de sistemas y procesos distintos. En la actualidad, la tendencia evoluciona hacia una experiencia omnicanal, sin fricciones, en la que el servicio toma protagonismo y el pago pasa a un segundo plano. Un buen ejemplo es el de Uber, una vez que se introducen los datos bancarios, ya se puede disfrutar del servicio y el pago pasa detrás del telón, de forma “casi invisible”.
Otro ejemplo es el de las suscripciones, tanto online como offline, cada vez más populares y basadas en el mismo principio: el pago se convierte en algo automatizado, sin interacción del usuario y sin fricciones.
2. Pagos casi omnipresentes
El sector financiero y las plataformas de pago han experimentado un gran crecimiento gracias a las nuevas tecnologías, que han permitido que la expansión sea rápida y que, hasta los sectores menos digitalizados, ofrezcan soluciones de pago optimizadas para los clientes. Los pagos a través de dispositivos móviles representan ya casi un 33% de los ingresos de las empresas y se espera que esta tendencia siga creciendo.
Pero la cosa no se quedará solo en móvil o web, sino que empezaremos a ver plataformas de pago integradas en los sitios menos insospechados, como, por ejemplo, en los coches inteligentes que ya están empezando a ofrecer la posibilidad de realizar pagos en peajes, gasolineras o mecánicos directamente desde un sistema integrado en el vehículo.
3. La Generación Z: el nuevo foco de las empresas
En 2020 se estima que la Generación Z represente el 40% de los consumidores globales, un dato importante teniendo en cuenta que hablamos de hábitos de consumo diferentes, de inmediatez y de digitalización. Se trata de un cambio que tendrá implicaciones drásticas en todos los sectores. Marta Trias Gray, Channel Marketing Manager de Slimpay y asociada de AEFI, resalta como “ya no bastará ya con llevar a cabo una simple transformación digital de procesos internos. La digitalización deberá llegar a todos los módulos y departamentos de las empresas, y el de los pagos no será menos”.
4. Las PYMES adaptarán sus modelos de facturación a la digitalización
Es cierto que la facturación digital no es nueva, pero el mundo B2B se ha quedado un poco atrás. En 2019 todavía encontramos pequeñas y medianas empresas realizando su contabilidad y facturación de forma tradicional, de forma manual. En 2020, la digitalización de este tipo de funciones estará altamente relacionada con los pagos, especialmente en B2B, las empresas buscarán facturar de forma simple y digital a sus clientes, recibir pagos más rápidamente y ahorrar costes derivados de tareas administrativas y retrasos.
Asimismo, cada vez más softwares de facturación se asocian con plataformas de pago para ofrecer esa experiencia unificada de la que se comenta anteriormente.
5. El comercio electrónico transfronterizo continuará su crecimiento de forma exponencial
La globalización del comercio sigue en aumento. Desde grandes corporaciones como Amazon o eBay hasta pequeñas empresas que se han lanzado a dar ese paso y vender internacionalmente. Sin embargo, se trata de un proceso complejo que debe estudiarse detenidamente, con algunas barreras como el procesamiento de pagos y la prevención del fraude. El mundo de los pagos está muy fragmentado y no del todo globalizado; los hábitos de pago pueden ser extremadamente distintos no solo entre continentes, sino entre países cercanos. Mientras en España, el cash sigue siendo el rey; en los países nórdicos su uso es cada vez más reducido, por ejemplo. Una de las formas para superar estos obstáculos es la búsqueda de partners y expertos locales que permiten adaptarte a las especialidades de cada mercado.
6. La inteligencia artificial seguirá en aumento
Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas es poder ofrecer una óptima experiencia de pago, sin comprometer la seguridad de los clientes. El fraude tampoco se queda atrás y evoluciona con la tecnología, cada vez más basado en el modelo de machine learning, aprendiendo a evitar las soluciones de seguridad. Es por ello que los sistemas de detección de fraude deben utilizar la tecnología punta del mercado, ayudarse de la inteligencia artificial, detectando anomalías y patrones fraudulentos. E incluso ayudando a las empresas a aumentar las ventas e ingresos, reduciendo costes y evitando operaciones de fraude.
7. La protección a consumidores y empresas locales seguirá aumentando con nuevas regulaciones.
En los últimos años hemos visto cómo cada vez más regulaciones tomaban forma. Este año veremos las consecuencias e impactos de la puesta en marcha de todas ellas: GDPR, PSD2… Adaptarse rápidamente a los cambios será fundamental para no quedarse atrás, especialmente con la apertura de las barreras de entrada, las nuevas fintechs y actores del mercado.
8. Hacia una búsqueda por pasarelas de pagos más simples
La gestión de pagos es algo complejo, sobre todo por la segmentación del mercado y la variedad de la oferta. Muchos de los clientes utilizan más de una plataforma y varios bancos para procesar sus pagos. Con ello, las empresas buscan adaptarse a los hábitos de consumo de sus clientes, pero, de manera interna, esto supone una dificultad añadida: administrar cuentas, integraciones, datos de pago, gestión de pagos…Es por ello que existe una tendencia hacia la simplificación de la gestión de los pagos. Existen soluciones de pago que brindan una cobertura amplia y flexible, todo en uno, fáciles de integrar y user friendly para los trabajadores.
9. Hacia una tecnología punta
Los nuevos modelos de negocio, sharing economy y suscripciones, entre otros, la transformación digital y los nuevos hábitos de consumo, han hecho que las empresas vean la necesidad de invertir en tecnología punta y en reemplazar sus sistemas más tradicionales. Marta Trias Gray explica que “aquellas organizaciones que decidan no subirse a la ola de la tecnología se quedarán atrás. Los consumidores de hoy en día son mucho más exigentes que antes, no perdonan una experiencia desactualizada o con muchas fricciones. En 2020 veremos cómo esto tomará aún más fuerza”.