La última edición del FinTech Women Network de la AEFI reunión a importantes líderes del ecosistema que discutieron los retos actuales, los avances alcanzados y las transformaciones necesarias para seguir impulsando el talento femenino en este sector tan dinámico. A lo largo de la jornada, una de las más concurridas desde su inicio en el…
La última edición del FinTech Women Network de la AEFI reunión a importantes líderes del ecosistema que discutieron los retos actuales, los avances alcanzados y las transformaciones necesarias para seguir impulsando el talento femenino en este sector tan dinámico. A lo largo de la jornada, una de las más concurridas desde su inicio en el año 2018, se reafirmó el compromiso de la AEFI con la igualdad de oportunidades y el desarrollo del ecosistema como un sector ejemplar en la promoción de los profesionales. Los debates celebrados pusieron de manifiesto la importancia de crear entornos de trabajo en los que las mujeres puedan desarrollar todo su potencial, superar barreras autoimpuestas y avanzar hacia puestos de liderazgo.
Ana Puente, subdirectora general de Finanzas Sostenibles y Digitales del Tesoro Público, Ana Puente, abrió la jornada destacando la crisis de 2008 como punto de inflexión “a la hora de entender la necesidad de la diversidad de género en los consejos de administración, entre otras cosas, para mejorar la gestión de los riesgos”. Mencionó el compromiso del Ministerio para promover la igualdad entre hombres y mujeres a través de la educación financiera y la digitalización.
Leyre Celdrán, directora general de la AEFI, destacó en la presentación de las conclusiones de último estudio del Fintech Women Network el recorrido de una iniciativa que nació en 2018 y se mantuvo incluso en el momento de la pandemia, como vía para atraer talento y fomentar el networking dentro del ecosistema.
Celdrán explicó que el “perfil de la mujer Fintech no ha variado mucho en las siete ediciones, pero lo que sí que ha cambiado es que todas las mujeres que trabajan en el ecosistema son licenciadas o graduadas. Todavía hay pocas mujeres en el ámbito IT”.
Además, la directora general de la AEFI aludió al “bajo y menguante porcentaje de mujeres que son fundadoras de FinTechs o InsurTechs como uno de los principales desafíos en este ámbito, después de que muchas profesionales tuvieran que renunciar, justo en el momento de la pandemia”.
Entornos seguros en las empresas y normalizar la flexibilidad en el trabajo
Una de las mesas de debate, titulada «El síndrome de la impostora y androcentrismo», estuvo liderada por Julia Turbany, VP of Sales de Swan, quién explicó como ese síndrome afecta indistintamente a trabajadoras en grandes empresas o startups. Se concluyó la necesidad de que las empresas sean conscientes de las posibles injusticias y desigualdades que enfrentan las trabajadoras y que fomenten un ambiente de diálogo abierto y transparente, creando entornos seguros para reflexionar sobre esos problemas y buscar soluciones para el futuro.
La segunda mesa, denominada «Equilibrio y límites: la carga de todos los cargos», estuvo liderada por Beatriz Giménez, Senior Director de PayPal Iberia. El debate giró en torno a la importancia de la conciliación entre la vida personal y profesional, un tema crucial para el bienestar de los empleados y la eficiencia organizacional. Aunque exista un consenso generalizado sobre la necesidad de la conciliación, las mujeres aún enfrentan dificultades para expresar sus límites de manera clara y efectiva. La falta de autoestima y el miedo a ser percibidas como menos comprometidas son barreras que frenan su capacidad para establecer fronteras en el trabajo. En la mesa se ahondó en la necesidad de que el liderazgo en las empresas fomente un entorno donde priorizar y delegar se consideren habilidades valiosas, y donde reducir la jornada o quedarse embarazada no se perciba como un problema. Se planteó la necesidad de normalizar la flexibilidad en el trabajo y romper con los estigmas asociados a la maternidad o a la reducción de jornada, destacando que estas prácticas pueden ser beneficiosas tanto para las trabajadoras como para las empresas. Y se insistió en la responsabilidad de los jefes de dar ejemplo en todo, desde el cumplimiento del horario hasta el trato personal.
La tercera mesa, «De mayor quiero ser CEO», fue liderada por Silvia Escámez, CEO de Finteca y vicepresidenta de AEFI, abordó las barreras que impiden a las mujeres alcanzar posiciones de liderazgo en el sector FinTech. Las mujeres cuentan con la preparación necesaria para liderar estas compañías, pero suelen autolimitarse debido a la falta de confianza y a los estereotipos de género que persisten en el entorno laboral. Una de las claves es romper estas barreras es aprender a venderse mejor y dar mayor importancia a la comunicación no verbal, aspectos que a menudo no reciben la atención necesaria. Además, se hizo hincapié en la necesidad de fomentar el desarrollo personal a través de la formación continua, la lectura de libros de líderes de la industria y la creación de redes de apoyo entre mujeres. Las participantes coincidieron también en que vestirse y comportarse como líderes es un paso importante hacia el reconocimiento de las capacidades y la superación de las barreras autoimpuestas.
La cuarta y última mesa, titulada «El equilibrio entre la vida personal y laboral: jornadas reducidas ¿una verdadera ayuda o un caramelo envenenado?», estuvo liderada por Paulina Rascón, directora de RRHH en Intrum España. Este espacio se centró en los retos que plantea la reducción de jornada como herramienta para equilibrar la vida personal y profesional. Las participantes concluyeron que no existe una fórmula única para gestionar este equilibrio, ya que depende en gran medida de cómo cada persona decida y gestione su tiempo. Rascón subrayó la importancia del autoliderazgo, señalando que reducir la jornada laboral solo es efectivo si se acompaña de una correcta gestión del tiempo y una clara definición de prioridades. «La clave está en medirnos por nuestra productividad, no por las horas que pasamos en la oficina. Cada decisión que tomamos tiene un impacto en todas las esferas de nuestra vida, y debemos ser capaces de gestionar esas decisiones de manera consciente y responsable», destacó Paulina. En este sentido, se señaló que una jornada reducida no es útil si, al final del día, la persona sigue trabajando fuera de horas o sintiendo la presión de cumplir con las mismas responsabilidades que en una jornada completa. El rol del manager volvió a ser un punto clave en la discusión, ya que se insistió en la importancia de que los líderes sean empáticos y que promuevan un entorno de trabajo donde se valore la productividad por encima de las horas trabajadas. Y una vez más, se animó a los managers a ser ejemplo y referentes en el cumplimiento de los límites y también en la delegación de tareas.