La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y el despacho de abogados Pinsent Masons han elaborado una guía práctica para ayudar a las start-ups a proteger sus proyectos, en sus diferentes fases de implantación. Esta guía intenta definir las guidelines que deben tener en cuenta y aborda cuestiones dirigidas a identificar los principales activos,…
La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y el despacho de abogados Pinsent Masons han elaborado una guía práctica para ayudar a las start-ups a proteger sus proyectos, en sus diferentes fases de implantación. Esta guía intenta definir las guidelines que deben tener en cuenta y aborda cuestiones dirigidas a identificar los principales activos, materiales o inmateriales, que una start-up debe proteger. Su publicación viene motivada por la necesidad que tienen las pequeñas e innovadoras empresas, que desarrollan modelos disruptivos, de protegerse frente a fuertes y grandes actores del mercado. La mala praxis, el plagio de una idea o la apropiación indebida de un proyecto son acciones que han sufrido muchas start-ups y que han propiciado el recelo en la creación de sinergias en la industria, absolutamente necesarias para la creación de negocio, empleo y atracción de inversión y talento.
Rodrigo García de la Cruz, presidente de la Asociación de Fintech e Insurtech, destaca que este documento “no solo ayudará proteger la innovación, sino también las ideas, que es lo que da más valor a las start-ups”. Al mismo tiempo, Paloma Bru, del departamento de TMT de Pinsent Masons, comenta que “las Fintech son los motores del desarrollo empresarial y la sociedad y por esa razón es de suma importancia protegerlas”. Por este motivo, “hay ciertas medidas genéricas que hay que considerar cómo guía inicial a la hora de abordar un nuevo proyecto”.
En primer lugar, la guía especifica los diferentes tipos de proyectos o activos y qué protección jurídica se puede aplicar a los componentes de los proyectos. Entre los tipos de proyectos se incluyen las obras artísticas, literarias o científicas, y los derechos de propiedad intelectual (también llamados «derechos de autor») desde su propia creación; los programas informáticos o software, de los cualesse tienen derechos de propiedad intelectual desde el momento de su creación, aunque se recomienda su inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual; las bases de datos que supongan creación intelectual y/o una inversión sustancial de dinero, tiempo, esfuerzo o energía; las marcas y los nombres comerciales; así como las patentes, los modelos de utilidad y los diseños industriales, derechos de propiedad industrial que deberán ser registrados para su protección frente a terceros; los dominios web; y el know how y los secretos empresariales al hilo de la reciente legislación al respecto.
Además, esta guía analiza algunos aspectos fundamentales que todo emprendedor debería tener en cuenta a la hora de desarrollar una idea innovadora o poner en marcha una start-up.