En estos tiempos de inestabilidad económica en los que nos hemos acostumbrado a vivir, el emprendimiento cobra más fuerza que nunca. Son estos momentos de crisis los que generan necesidades que se pueden aprovechar para crecer y salir más reforzados frente a la adversidad y con mejores perspectivas de futuro. Los últimos datos ofrecidos por…
En estos tiempos de inestabilidad económica en los que nos hemos acostumbrado a vivir, el emprendimiento cobra más fuerza que nunca. Son estos momentos de crisis los que generan necesidades que se pueden aprovechar para crecer y salir más reforzados frente a la adversidad y con mejores perspectivas de futuro. Los últimos datos ofrecidos por el informe GEM sobre Emprendimiento Femenino, elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España, muestran que el emprendimiento en nuestro país se sitúa en una tasa similar a la de antes de la pandemia. Además, podemos apreciar cómo cada vez más mujeres españolas deciden emprender un proyecto propio, la distancia entre las mujeres y los hombres emprendedores se ha acortado un 30% en los últimos 10 años, según expone ese mismo informe, pero todavía es un proceso demasiado lento.
Es cuestión de mirar el vaso medio vacío o medio lleno, pero creo que hay razones para apostar por la segunda opción. Vivimos momentos de cambio, de disrupción, donde el impulso de la tecnología está obligando a empresas y personas a adaptarse a un entorno muy cambiante repleto de desafíos que abren la puerta también a oportunidades. Y para aprovecharlas se necesita el 100% del talento disponible, tanto el de los hombres como el de las mujeres. Pero especialmente las mujeres estamos ante una oportunidad única de protagonizar este entorno cambiante en el que vivimos. España cuenta con mujeres formadas, valientes y sin miedo a afrontar retos, y no se puede permitir el lujo de renunciar a la mitad del talento.
En este escenario, el ecosistema Fintech puede dar ejemplo y servir como guía para otros sectores. Casi la mitad de los empleados en nuestro sector es mujer y el perfil que traza el informe FinTech Women Network, elaborado por la AEFI, es el de una profesional con una media de 39 años, que cuenta con una titulación universitaria y un título de postgrado, y con estudios enfocados al ámbito de la Administración de Empresas, comunicación o Ingeniería. Esto es, jóvenes, aunque sobradamente preparadas que protagonizarán el emprendimiento del futuro. Este mismo informe destaca también que todavía tres de cada diez mujeres del ecosistema FinTech tienen el convencimiento de que han tenido que esforzarse más que un hombre para alcanzar su puesto actual, lo que nos demuestra que aún queda camino por recorrer para desterrar esas diferencias y que la meritocracia no distinga entre hombres y mujeres. El día que dejemos de hablar de esto, habremos alcanzado realmente nuestra meta.
Tampoco nos debemos engañar, existen varios estudios que están detectando una caída del emprendimiento femenino en algunos sectores como el propio Fintech. Cuando vienen mal dadas, las mujeres son más proclives a echarse los problemas a la espalda y renunciar a determinados ámbitos profesionales. Pero además hay que tratar de normalizar que se puede emprender y fallar. Un pensamiento demasiado integrado en la sociedad que además penaliza más a las mujeres. El otro factor negativo determinante es la tendencia de las mujeres a autoimponerse techos que les obligan a hacer un esfuerzo extra para romperlos, en parte por un nivel de autoexigencia que suele ser muy elevado.
En cualquier caso, conviene no olvidar que, en la mayoría de los casos, los miedos y las barreras para apostar por el autoempleo son comunes para los hombres y las mujeres. Cuando hablamos con mujeres que son líderes, y que ejercen como mentoras para otras profesionales que quieran seguir su camino, suelen coincidir en la necesidad de contar con una red de apoyo y asesoramiento para mejorar el reducido porcentaje de emprendedoras en España. Resulta fundamental que esas mujeres que son verdaderos ejemplos de éxito en el ecosistema Fintech, uno de los sectores más igualitarios, paritarios y responsables donde desarrollarse como dentro de la industria financiera, ayuden a otras profesionales que quieran seguir ese mismo camino y protagonizar el emprendimiento, que muchas veces pasa a ser un estilo de vida que trasciende más allá del trabajo. La pasión tiene que guiar al emprendedor y eso es algo innato a las mujeres Pero también es de vital importancia contar con una red de apoyo a la hora de emprender, de nutrirse de la sabiduría y experiencia de otros.
Las mujeres somos un motor de innovación y transformación, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo, y tenemos que ser las protagonistas del crecimiento económico y social de España, apostando por nuestras ideas con pasión, ganas y perseverancia para liderar el emprendimiento.
Tribuna de opinion de Leyre Celdrán, Business Manager Director de AEFI publicada en Mujeres a Seguir