Rodrigo García de la Cruz. Presidente de AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech) En los últimos años, el ecosistema Fintech ha trabajado muy duro para situar a España como un país avanzado en el desarrollo de determinadas innovaciones en el ámbito financiero e incluso pionero en el diseño inicial del Sandbox, que se configura…
En los últimos años, el ecosistema Fintech ha trabajado muy duro para situar a España como un país avanzado en el desarrollo de determinadas innovaciones en el ámbito financiero e incluso pionero en el diseño inicial del Sandbox, que se configura como una de las piedra angulares del futuro de la industria, tratando de seguir la estela del Reino Unido, verdadera referencia para el mundo Fintech, que ya puso en marcha su exitoso Sandbox en el año 2017, con más de 200 proyectos desarrollados bajo su paraguas.
No obstante, el camino para el Sandbox español no ha sido sencillo, la parálisis electoral que provocó incluso una repetición de las elecciones generales y la irrupción de la crisis sanitaria de la COVID-19, han ido retrasando la aprobación definitiva de una regulación necesaria y urgente. En el escenario actual de una crisis financiera derivada de la COVID-19, el ecosistema Fintech e Insurtech está trabajando para tener un protagonismo primordial en la salida de la crisis, sin duda a la espera de mejoras regulatorias claves para dar un paso al frente, por lo que la puesta en marcha inmediata del Sandbox español podría ser la catapulta definitiva. Recordemos que el Sandbox, del que tanto se ha hablado desde su aprobación por el Consejo de Ministros en febrero del 2019, y ratificado en febrero de este año, supone un espacio de pruebas controlado y regulado que identificará una serie de proyectos innovadores que sirvan para mejorar la prestación de servicios financieros. En este sentido, es muy importante que España no pierda más tiempo y aligere la actual tramitación parlamentaria para sacar adelante el proyecto lo antes posible, puesto que existen otros países, como por ejemplo Italia y Portugal, ya están trabajando duro para poner en marcha sus propios Sandboxes, a lo que se suma el último movimiento del Reino Unido, que ha lanzado una segunda ronda adaptada al escenario COVID-19.
Sin duda, la referencia del Reino Unido es una magnífica guía, por la cantidad de proyectos que han entrado, logrando levantar de media, más de seis millones de libras. El Sandbox español también está diseñado con ambición, dando cabida a proyectos transversales e innovadores que podrían tener un impacto muy importante en el sector financiero. Es necesario que España no se quede atrás y herede en el marco de la UE esa vía de desarrollo de la innovación financiera, tras el brexit.
Ahora que estamos viendo cuál será el impacto de la crisis financiera derivada de la sanitaria, y explorando soluciones para amortiguar el golpe, cabe recordar que el Sandbox español permitirá generar 5.000 empleos en los próximos dos años y atraer 1.000 millones de euros de inversión. Pero no sólo eso, también favorecerá la competitividad y el desarrollo tecnológico, aunque un retraso del proyecto podría hacer perder esa oportunidad a España, abriendo la puerta otros proyectos como el portugués o el italiano que podrían adelantarnos por la derecha.
Si el Sandbox se pone en marcha en 2020, España se situaría como uno de los países de referencia continental, en el ámbito de la regulación Fintech, como el mayor banco de pruebas de Europa, animando la atracción y mantenimiento del talento nacional e internacional, y la colaboración entre todos los players de la industria para facilitar la inversión en Fintech, ya que el proyecto dibuja que las entidades financieras y el capital riesgo puedan invertir en startups y colaborar con ellas.
Una de las ventajas competitivas del Sandbox español es que permitiría la entrada de proyectos del ámbito de la Unión Europea y, además, no requiere que las empresas europeas tengan domicilio fiscal en nuestro país. En estos momentos, ya hay proyectos preparados para tramitar su entrada al Sandbox español. Entre ellos se encuentran empresas provenientes de Francia, Alemania e incluso de Reino Unido. Asimismo, el banco de pruebas español también permite la entrada de proyectos de Latinoamérica, que tiene una regulación similar a la española, lo cual sería de interés y beneficio para situar a España como verdadero puente del Fintech entre los dos continentes.
Resulta fundamental avanzar para evitar la fuga de talento hacia otros espacios regulados y en España tenemos la capacidad para desarrollar un buen entorno para las Fintech e Insurtech europeas y atraer talento internacional, pero es necesario que prospere cuanto antes. Ahora más que nunca, es necesaria la aprobación inmediata del Sandbox para impulsar el ecosistema Fintech, que cuenta con soluciones y el expertise suficiente para ofrecer soluciones prácticas que ayuden en la salida de la crisis. La financiación y un entorno regulatorio óptimo son los elementos clave para dar un necesario empujón definitivo.
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